Eres el amor más bonito
por el que he luchado jamás,
y creo que es porque apenas
he tenido que lucharlo.
Me da igual si la cama es tuya
o alquilada,
sabes que “hogar”
es una palabra que se construye
en cualquier lugar donde mi corazón
pueda dormir sobre el tuyo
y viceversa.
Podría hablar,
como en sus poemas lo hacen otros,
sobre el placer inmenso
saliendo de mi coño,
pero eso ya lo hacen otros.
Yo quiero hablar de lo que importa.
De tus ojos mirándome en la penumbra
cuando ya hemos apagado la luz
para dormir.
De las conversaciones
sentadas en el suelo,
en torno a la mesa,
esperando el autobús,
en Marruecos,
en Francia,
en el desierto.
De tu mano cogiendo la mía
cuando el miedo.
De mi lengua
lamiendo tu lágrima.
Incluso podría hablar
sobre las barricadas,
porque eres el amor más bonito
que jamás ha luchado a mi lado.
Y no sé tú,
pero yo
cuando te miro
siento que la revolución ya ha comenzado.
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