martes, 6 de julio de 2021

Anatomía de la carencia afectiva

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carencia afectiva:

buscar constantemente el cariño

que no has recibido en tu familia.

 

Carencia afectiva:

un universo lleno de estrellas

donde tú no eres la que más brilla.

 

Carencia afectiva:

una presión en el pecho

que no solucionan ni los gatos

que habitan bajo tu techo.

 

Carencia afectiva:

se me da mejor mostrar afecto a los gatos

que a las personas,

incluso aunque las quiera mucho,

muchísimo,

y las necesite más allá

de toda evidencia científica

sobre los primates.

 

Carencia afectiva:

mirar un pájaro rebozarse en la arena

y maravillarse.

 

Carencia afectiva:

sensibilidad extrema.

 

Carencia afectiva:

carencia infinita,

carencia perversa,

carencia lacerante,

tortuosa,

carencia placentera

-no, no, eliminar eso último-.

 

Carencia afectiva:

me como el cariño

con patatas fritas y kétchup.

 

Carencia afectiva:

el cariño me entra

mejor que las pollas.

 

Carencia afectiva:

te quiero mucho, muchísimo.

 

Carencia afectiva:

hasta volverme loca.

 

Carencia afectiva:

ya lo estaba de antes,

no te voy a engañar.

 

Carencia afectiva:

miscelánea siempre me pareció

una palabra muy curiosa.

 

Carencia afectiva:

me encantan los abrazos

y me siento culpable de ellos

por necesitarlos.

 

Carencia afectiva:

sé que quiero mucho más

de lo que puedo abarcar.

 

Carencia afectiva:

sé que no tengo la energía suficiente

como para querer tanto

y, sin embargo, lo hago.

 

Carencia afectiva:

me descubro gritando.

 

Carencia afectiva:

me descubro amando

y me asusto.

 

Carencia afectiva:

nunca fue mi punto fuerte

controlar la intensidad.

Quizás nunca estuvo

y nunca estará

en mi mano

y eso me da miedo

a causa de mi carencia afectiva,

a causa de buscar constantemente

el cariño que no recibí

en mi familia.

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