miércoles, 20 de noviembre de 2013

Os ofrezco un par de escombros.

De creencias está hecho el hombre
No creáis que por estar triste
no puedo sonreír
ni reírme de las cosas
que hacen gracia,
no creáis que no puedo llevar
una vida normal
aunque esté triste
y mi mente sea un pozo
de la miseria más absoluta.
No creáis, por un instante,
que no estoy triste
porque yo soy la tristeza
porque yo soy la hija
de la tristeza,
la nieta, la sobrina, nadie
de la miseria,
esa que se arrastra hacia la vida
aferrando con las uñas
la risa y cosas así
que te salvan de la muerte.

Por qué no te esfumas
Por qué no te esfumas
con el humo del cigarro
de mi padre en el salón
por qué no te esfumas
entre tus palabras acuosas
por qué no te esfumas
entre el pelo de mi gato
por qué no te esfumas
de ti
por qué no te esfumas.
Estoy tan sola que no necesito
                           tu ausencia.
Hay tanta soledad en mí
que no me haces falta
pero hace tanta soledad
que
         las
                palabras
                                se
                                      suicidan.

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