viernes, 2 de diciembre de 2016

Algunas revelaciones

Otra vez aquí.
Escribiendo.
Esta vez en el reverso
de los análisis que me mandó
el otro día
el ginecólogo.
Me dijo que no tenía nada:
ni cáncer,
ni ladillas,
ni vergüenza...
Nada.
Lo que quiero decir
es que me gusta
reciclar.
Por eso cambio más
de sentimientos
que de bragas.
Ya no sonrío
por no tener que dar
explicaciones.
Un ejemplo:
ayer bajé a la frutería
a por manzanas
y me dijeron:
“solo nos quedan dientes”.
Póngame un par
de ellos - concluí.
Así que aparecí por casa
con dos kilogramos
de incisivos.
“Para que luego digan
que la vida no es
improvisada”
le comenté a mi madre.
La pobre no pudo más
que darme la razón
y luego
me soltó lo de siempre:
“saca al perro
y no vuelvas por aquí”.
En ese instante me pareció
que tenía la cara
del icono de la caca
del whatsapp,
de modo que rompí a reír
y se enfadó.
Lo que quiero decir
es que las cosas relevantes
no están en los poemas.

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