Este no es un poema de denuncia,
más bien para cagarse en todo
lo que se menea
y es estúpido
o sea todo
o la gran parte
de este minúsculo trozo
de pepinillo llamado mundo
con que a veces se identifican las personas.
Mas déjeme decirle, milady,
milord: no es usted superior a un mojón
y todas las minuciosidades
que existen no importan
nada.
Quizás suene bonito
pero no es una opinión
personal.
Quizás pueda influir que acabe
de suspender un examen
pero eso me importa una mierda
-el profesor quería cascársela
con el 0.09 que me faltaba
para sumarme el resto de la nota-.
Con esto quiero anunciar que ya
desisto: renuncio a la perspectiva
no me arrebataréis lo que soy
incluso si eso supone
un retraso para la ciencia.
Oh arbolillos magullados, yo me vengaré
de toda especie
que ose perturbar la calma y la presión
de vuestra aurora,
oh vírgenes de lagos inhumanos
oh arbolillos magullados.
Fijaos bien en la insignificancia porque
no tenéis derecho
a pasar por ella con esa indiferencia vuestra
ni a inventar nuevas "significancias"
y crear dogmas y religiones
sobre ellas.
Ningún dogma debería beneficiarnos
directamente. Es egoísta
como la hogaza de pan
que termina por ponerse dura.
Y tampoco debería pregonarse el bien
pues basta con dejar al resto en paz.
Nunca hay que hacer las cosas por una misma.
Por último quería aprovechar
para cagarme en Dios
-así con mayúscula-
y en todo discípulo de escuálido fantasma
que no sea el suyo.
Y también quería cagarme en aquellas
mariposas
que nos hacen sobrevivir
de vez en cuando.
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