si no has tenido que echar
a una mosca de tu habitación
aun queriendo que se quedara
pero priorizando tu necesidad de descanso.
Y entonces esas patitas negras
y peludas,
esas alas frágiles
no volvieron
aunque dejaste la puerta abierta.
Estaba en su derecho.
En cambio, no pudo ver
cómo te crecía la hiedra
de las plantas de los pies
enrollándose por tus piernas
hasta tu cabeza.
Comprende
que también se puede amar
una calle vacía,
un cactus,
un libro de los que hacen ojeras,
un bolígrafo bonito,
un césped muy verde,
la música que sale de las gaitas,
incluso a varias personas
a la vez.
Que hay corazones tan anchos
como un embalse de flores
y también tan vulnerables.
Que a veces 2 + 2 es igual a
saber ponerse en otros zapatos.
de acuerdo en todo, hasta eso de amar compulsivamente ja... saludos...
ResponderEliminarGracias por seguir leyendo,
ResponderEliminar¡saludos!
Me leí Poemas entre las uñas de un tirón... puse un par de tus bellos versos en twitter (@RCAPoeta). ¡Beso barcelonés!
ResponderEliminarGracias, Raúl. Me alegro de que te gustara lo que escribo.
ResponderEliminarSi te interesa alguno de mis otros dos poemarios puedes escribir al email que aparece al final de Poemas entre las uñas. También acabo de sacar un fanzine de ensayos/reflexiones.
¡Un verso!