Otra vez aquí.
Escribiendo.
Esta vez en el reverso
de los análisis que me mandó
el otro día
el ginecólogo.
Me dijo que no tenía nada:
ni cáncer,
ni ladillas,
Nada.
Lo que quiero decir
es que me gusta
reciclar.
Por eso cambio más
de sentimientos
que de bragas.
Ya no sonrío
por no tener que dar
explicaciones.
Un ejemplo:
ayer bajé a la frutería
a por manzanas
y me dijeron:
“solo nos quedan dientes”.
Póngame un par
de ellos - concluí.
Así que aparecí por casa
con dos kilogramos
de incisivos.
“Para que luego digan
que la vida no es
improvisada”
le comenté a mi madre.
La pobre no pudo más
que darme la razón
y luego
me soltó lo de siempre:
“saca al perro
y no vuelvas por aquí”.
En ese instante me pareció
que tenía la cara
del icono de la caca
del whatsapp,
de modo que rompí a reír
y se enfadó.
Lo que quiero decir
es que las cosas relevantes
no están en los poemas.