domingo, 20 de noviembre de 2016

Te quiero a odiar

Me siento amiga
de todas las personas
sin ser yo nada de eso:
ni amiga
ni persona.

Me siento ojos
de todos los ojos,
me siento cíngulo
de todos los cerebros,
vaho bajo la alcantarilla
-invisible y eterno.

Me siento en paz
y confiada.

No me vibra la voz
a la hora de levantarla.

Mis susurros son iguales
para todos los oídos.

Si me pides cosquillas te las doy,
si no
te las regalo.

Guardias, fruteras,
políticos, reinas,
peluqueros…
Todas las manos tienen uñas
y esto hay que saberlo.

Además
existe la poesía.

Puede que algún día
alargue una la mano
buscando servilletas
y solo halle palabras
con que limpiarse la boca
de telarañas.

De tanto señalar la luna
se me ha pelado el dedo
y nadie mira.
Y cuanto más
se me encoge el alma
más me siento a mí misma.
Junto al fuego.
Preguntando a mis heridas
si las curamos ya
o lo dejamos para luego.

Cariño,
te quiero a odiar,
no sé cómo decirlo.

A veces pasa
que las ideas me ocurren a mí
-aunque también desaparezco.

Ojalá
pudiera
acercar a alguien más
junto a mi fuego...

3 comentarios: